Llegadas Internacional


Nada más patético que un ramo de flores esperando en la terminal de lllegadas de un aeropuerto. Nada peor que leer “MAD” en el equipaje, porque eso sí que significa la despedida definitiva. Nada más antinatural que el silencio después del aterrizaje, ni más triste que las lágrimas con alto grado de salinidad que se le escaparon en ese rato eterno hasta que abrieron las puertas de la cabina. Esos minutos en los que el avión permaneció parado y ella, intentando que aquel viaje no acabase nunca, seguía mirando por la ventanilla como viendo proyectado en el asfalto aquellos últimos días fuera.
El resto de viajeros se ponía de pie, resoplaba, se abrigaba, el ambiente era tenso, un bebé lloraba y todo el mundo miraba intermitentemente sus relojes. Los ánimos se suavizaron cuando anunciaron que los teléfonos móviles podían ser conectados y entonces…nada como leer en aquella diminuta pantalla “¿ Por qué te has ido tan pronto?”
Recogió su equipaje y mientras andaba por un infinito pasillo los recuerdos le saltaban de los bolsillos con el va-y-ven de su enorme maleta, a pesar de sus esfuerzos por secarlos con un kleenex ya empapado.
Al fondo los vio a ellos, y supo que tocaba cambiar de cara. Estaba todo controlado. Claro que sí.
Todo, menos las preguntas ; “¿ Nos has echado de menos?”-Dijo él- y ella, sin saber si es peor ser una mentirosa o querer volar sólo pudo sonreir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aprovecha que acbas de abandonar el avión y "Echa a Volar"

Bambú

Valeria Morrison dijo...

Bambú, no puedo hacer nada más que agradecer todas sus palabras, pues aunque nunca se lo diga,sigo aprendiendo de usted cada día.

Sólo me queda desearle mucha suerte en su nuevo proyecto.