Ella desde pequeñita había creído que por lo menos en su vida, siempre podría controlarlo todo. Pero luego se dio cuenta de que eso es imposible, entre todos la convencieron de que nadie puede decidir en el rumbo de las cosas.
A día de hoy nadie sabe qué le dolió más, si descubrir el desengaño con el que había crecido o el verse derrotada con veintitrés años.
A día de hoy nadie sabe qué le dolió más, si descubrir el desengaño con el que había crecido o el verse derrotada con veintitrés años.
1 comentario:
Lo que mas duele es el desengaño, ya que la derrota no existe; son batallas que nos va presentando la vida... y las peores son las que mantenemos contra nosostros mismos.
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