Una de esas manías generalizadas a la que deberían de otorgarle YA la denominación de "vicio confesable" es esa costumbre que tantos compartimos, de curiosear en la primera página de cada libro cuántas ediciones lleva la publicación, e imaginarnos a todas esas personas que se nos adelantaron y un día leyeron las mismas páginas que nosotros . ¿No les parece?
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