El domingo desaparecieron sin dejar rastro mis gafas de sol.
Nadie sabe cuántas aventuras han vivido conmigo ese par de cristales verdosos desde que él me los regalase hace años…
Nadie comprenderá cuánto cariño cogí a esas gafas antes, mucho antes, de que estos pijos las volviesen a poner de moda, ni lo que las he querido durante todo este tiempo, a pesar de las heridas de guerra que les he provocado.
Nadie sabrá todas las cosa que hemos visto juntas, ni cómo me han protegido las veces que, a escondidas, he cerrado los ojos para no seguir viendo nada más.
Sólo espero que aparezcan cuanto antes, pero si no es así, y alguien las encuentra, le pido por favor que las cuide y las luzca con una sonrisa como yo siempre he hecho, como a ellas les gustaba.

No hay comentarios: